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Emprendimiento | Entrevistamos al joven literato universitario Andrés Fernández.

Hablar de Andrés Fernández es hablar de un estudiante universitario en palabras mayores y en mayúsculas, con varias publicaciones literarias y alguna que otra columna en prensa, activista defensor de los derechos humanos y de la defensa de Asturias como entidad, con sus costumbres y valores en alza. 

Andrés marca a su paso un camino de tolerancia, convivencia y cultura, sobre todo cultura, hoy le entrevistamos en el área de emprendimiento del Tablón Alta-Voz. Quédate a leer. 



-¿Cómo fueron tus comienzos en la escritura?

Rocambolescos. Quiero decir, sentí siempre pasión por la literatura, desde muy pequeño, y fantaseaba con la idea de ser escritor, pero no esperaba empezar tan pronto, con diecisiete años largos. Me empujaron un poco a ello el editor y una amiga con la que jugaba al rol, sobre todo. Ya había escrito alguna cosa, vieron que tenía interés y fue hablando con ellos que se nos ocurrió la idea para mi primer novela, 1809. Sucedió eso en el verano después del confinamiento, a principios de agosto... Y fíjate cómo sería la cosa que no paré hasta que, a fines de septiembre, la acabé. Luego ya seguir escribiendo es bastante natural. No es que sea más fácil, pero el paso de abrir el word en blanco y plantearte escribir (que muchas veces es lo más difícil) ya está dado, y todo resulta más fluido. Muchas veces el folio se "escribe solo", porque las novelas no lo parecen, pero tienen vida propia.

-¿Te inspiró alguna persona o situación en particular?

Muchas cosas, yo creo. Aparte de Nico, el editor, y Alba, que ya los mencioné, yo creo que hubo muchos factores que me llevaron a escribir. Como dije, ya tenía ganas de "ponerme el sombrero de escritor", y además ese verano, aunque fue el verano "del Covid", tuve muchas experiencias muy bonitas, como hacer el Camino de Santiago. También, en esas fechas estaba leyendo mucho sobre temas relacionados a la Guerra Peninsular en Asturias, que me interesaba mucho, y sentía que tenía que hacer algo con esa información.

-¿Existe un horario propicio para ponerte a escribir o cualquier momento puede ser ideal?

Difícil pregunta para la que tengo dos respuestas: cualquier momento si te viene la inspiración (sí, eso existe) y si no, tardes libres o fines de semana. Lo más necesario para escribir, a parte de la idea, es tiempo. El tiempo es esencial, por lo menos para mí. Si quiero escribir una hora, necesito tener libre la anterior y la siguiente, la primera para tener tiempo a "meterme en el traje (mental) de trabajo", la segunda para no estar pensando en el compromiso que pueda tener en vez de en la novela. Como comprenderás, esas circunstancias se suelen dar solo en tardes y fines de semana, y por eso escribo mayoritariamente en esa franja horaria. Ahora bien, si me cambiaran el horario seguramente escribiría de mañanas.

-¿En qué proyectos estás trabajando?

En muchos. Demasiados casi. Voy a resumir para no eternizar la entrevista (y para no destripar aquí todo lo que se está cociendo en mi cocina literaria particular). Los proyectos principales a los que me estoy consagrando son cuatro. Primero; una novela de aventuras, estilo Indiana Jones, que trata las peripecias de un doctor en filología románica para derrotar a una orden céltico-druídica. Segundo; una suerte de western (no sé si se podría describir así) con carlistas pegando tiros por los montes asturianos y una buena dosis de fantasía. Tercero; una obra de teatro que sigue la historia (ficticia) de un juez federal que tiene que resolver un caso de asesinato en medio de la Guerra Civil. Y por último, el cuarto: una serie de relatos bastante eclécticos (y por fortuna ya acabados hace unos días) de tema homo-romático con un fondo eclesiástico. Sí, es tal como suena.

-Vemos que como escritor te gusta investigar todos los géneros ¿A que se debe?

Curiosidad, más que nada. Soy un escritor joven, y tengo que encontrar la línea literaria en la que me encuentre más cómodo... Solo hay una manera para descubrirlo: escribir. Escribir un poco de todo. Por eso mi obra va dando tumbos (algunos ya publicados, otros no) y paso de hacer una cosa a hacer otra completamente distinta. Tengo claro que hay algunas cosas que no me llaman la atención, y otras que directamente rechazo, pero no son muchas. Encuentro atractivos en la mayoría de géneros y formas, y por eso me gusta ir probando a ver de qué va realmente cada cosa, porque no es lo mismo experimentarlos como lector que como autor.

-Si tuvieses que lanzar un mensaje a la comunidad universitaria en lo relativo a la defensa de la literatura ¿Cual sería?

La literatura, el arte en general, es la fijación material de la superestructura ideológica de las sociedades. La literatura o el arte es la vara de medir de su grandeza, es el vehículo de la expresividad y de la creatividad inherentes al ser humano. Una civilización es grande en tanto que cultiva sus letras, porque a través de ellas cultiva también las mentes. En la literatura fijamos nuestras ideas, nuestros miedos, nuestros anhelos... La literatura es un resumen del mundo, tanto del externo como del mundo interno de cada individuo. Y sobre todo, el arte es el verdadero placer, el placer del alma. Al final, esa capacidad de ficcionar, de abstraerse, de alejarse de lo puramente material y encontrar gozo en la especulación, en lo intangible para las manos pero tangible para la mente, es nuestra mayor libertad, porque nos desembarazamos completamente de las reglas del mundo. En fin, es lo que nos hace humanos.

-¿Crees que la esencia de la literatura va desapareciendo a medida que crece el uso de tecnologías como el e-book?

Ciertamente denosto el e-book y otro tipo de tecnologías por el estilo, pero no creo que vaya acabar con la literatura. La literatura es literatura por sí sola, independientemente del vehículo que escoja, sea la voz, sea el papel, sea la electrónica. Mientras se siga utilizando el lenguaje para crear a través de la reproducción de los motivos culturales inherentes a la humanidad habrá literatura. Mala, buena o regulera, eso es indiferente, pero habrá literatura. Creo firmemente que ni aun el utilitarismo pragmaticista más salvaje y apisonador podrá acabar nunca con el arte, porque para eso hay que convertir en robots a los seres humanos. Si algún día se produjera ese pronóstico fatalista y desapareciera por completo el arte el ser humano no sería más que un mono algo más inteligente que los demás. Seríamos esclavos, nada más ni nada menos, y además perteneceríamos al peor tipo de esclavos: el que no sabe que lo es.

-Hay jóvenes que dudan de si mismos a la hora de intentar sacar sus propios libros ¿Cómo les animarías?

¡Escribid! ¡Escribid! ¿A qué esperáis? Solo se puede juzgar a un libro una vez está hecho, no tiene sentido mortificarse por la poca calidad de una obra futurible pero que todavía no existe más que en potencia. Hasta que no sea propiamente no se podrá determinar si es buena o no, ergo ha de escribirse. No perdéis absolutamente nada, y por contra lo podéis ganar todo... E incluso si os sale una mala novela ¡Escribid igualmente! No hay otra manera de aprender que errar. La teoría está muy bien, me encanta teorizar y leer teoría, pero hasta que no se confirma con la práctica no se aprende de verdad, como tampoco se crece en conocimientos hasta que no te arremangas y los "realizas". No hay otra manera de aprender a escribir que escribiendo, igual que no se puede aprender a montar en bici sino probando. Se pueden usar ruedines, se puede pedir ayuda, pero al final vas a tener que conducir solo el artefacto. Puede que caigas, pero eso solo indica que, en efecto, estás aprendiendo, que nadie nace aprendido. El movimiento se demuestra andando, que se suele decir; así que ya sabéis ¡Escribid!

-A parte de ser autor en bable, también eres directivo de Iniciativa Pol Asturianu ¿Cómo valoras el aumento de las obras en bable y eo-naviego?

Muy positivo. Realmente no sé si hay un aumento cuantitativo de obras con respecto a épocas anteriores, como el primer Surdimientu, pero sí sé que se está produciendo una cierta eclosión de nuestras letras. Hay gente nueva haciendo cosas nuevas y hasta algunos consagrados que se bajan al campo de la experimentación, y eso está bien, está muy bien. Especialmente en lenguas como las nuestras es muy necesaria la renovación, el movimiento constante, que en realidad es muy difícil de mantener. El relevo es crucial, y ese relevo no puede calcar a generaciones previas, tiene que forjar su propia generación (valga también el plural), porque sino caemos en el inmovilismo, en las aguas estancadas y pantanosas de la repetición, que no reproducción (o de la reproducción pasiva, si se prefiere). Las lenguas y las literaturas han de tener vida, y una vida dinámica, y eso mismo creo que se está consiguiendo a día de hoy al menos con el asturiano.

Desconozco los pormenores de la literatura que aquí se adjetiva como eo-naviega (me atengo a la denominación usada ya por el muy loable señor entrevistador para evitar meterme en jardines filológicos que no han lugar), pero me preocupa un tanto más que la asturiana. Esos aires de dinamismo que se están insuflando en las letras asturianas no los veo para aquella, que está quizás (hablo desde la ignorancia) demasiado anquilosada en la poesía individualista. Como digo, no controlo bien ese ámbito, ni tampoco conozco muchos autores de la zona, aunque me encantaría departir con ellos sobre su situación. Especialmente si, quiéralo Dios, hay autores jóvenes que quieran improntar su marca especial sobre la literatura eo-naviega.

PD: Para evitar falsos engrandecimientos debo aclarar que solo soy un simple vocal en la Xunta Directiva d'Iniciativa pol Asturianu, de nombramiento además muy reciente.

-¿Crees que con el tiempo se consolidará la tendencia o las lenguas de asturias comenzarán a retroceder?

Eso solo lo sabe la Divina Providencia, aunque tengo confianza en que, Dios mediante, estas tendencias se confirmarán y nuestras lenguas recuperarán algún día su esplendor perdido. Solo el desánimo y la dejadez por parte del movimiento de reivindicación lingüística podría causar un retroceso, y como digo, tengo fe en que eso no va a ocurrir por lo menos en un futuro cercano. El asturiano y el eo-naviego (tampoco el castellano) no son, como es lógico, eternos, pero confío en que vivirán todavía muchos siglos más de historia.

-Me gustaría pedirte que, para despedirnos, nos digas algo sobre tu próxima publicación, algo que nos deje con ganas de leerlo.

1929, que está ya en vías de publicación, es la continuación de 1809, pero tiene poco que ver con ella, más allá de continuar ese universo ucrónico. De hecho, a mi juicio, es posible leer un libro sin el otro. Esta es una novela de espías y terroristas en el contexto de una Asturias colonial, de atentados, revoluciones, conflictos étnico-nacionales además de políticos. En 1929 el lector se va a encontrar mensaje, sí, pero también bastante acción, y una cierta dosis de amor entre los dos protagonistas principales: Iyán Arias y Tomás Morris. Yo quedé bastante satisfecho con el resultado, y al parecer el jurado del Enriqueta González Rubín la juzgó buena, así que espero que guste entre el público, que al final es lo que importa.


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